No me juzgues. No me maltrates. Sólo trata de mirarme, amarme y entenderme.
Entender el sufrimiento que me agobia. Dime que jamás conoceré la gloria. repróchame, que estoy muerta. Ya no tendré que abrir más puertas. Insúltame, golpéame. Ya no pertenezco. Ya no existo. Poco me importan las lágrimas cotidianas que derrocho. Insignificante me es la sangre que derramo por el dolor. Nulo es el dolor del hambre e irreal el sufrimiento de los mareos. Mariposas, hadas, princesas, reinas y doncellas cubren el verdadero gélido y horroroso mundo en el que existo. No existe nada de eso. Me crearon ilusiones en las que caí como la ilusa que siempre fui. Para muchos es fácil decir desde afuera: "Quiérete", "Déjalo O Muérete". Si sólo les cediera mi posición por unos segundos...descubrirían como las calorías y el peso atormentan todo el día, como los espejos buscan castigar las 24 hrs y como la comida y las modelos delgadas aparecen a la vez, desorientándome, dejándome confundida, en medio de crisis, llantos, incomprensión. Un comentario puede matarme. Una imagen, un suspiro. Una obsesión llamada perfección.
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